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Mostrando entradas de noviembre, 2008

Cosas que hacer con tus labios

(Tribuna Universitaria, 24nov08) ( para tu boca roja las letras, y para ti entera el resto de palabras ) A veces no sé qué hacer con tus labios. Si admirarlos, como un niño, desde fuera, con las manos pegadas al escaparate de tu cuerpo hasta hollarte con la imaginación mis señas dactilares. Si colarme por ellos, furtivo. Hacerte un butrón epidérmico, alunizar-te por sorpresa y anexionar con nocturnidad todo su territorio. Y reclutarlos así, impunemente, para mi cueva de los cuarenta ladrones y las cuarenta noches, en un atraco convertido en atracón: comérmelos lentamente hasta hacerte olvidar entera la memoria del chocolate con naranja. Sería mi pequeña venganza, porque siempre tus labios me estallan en los labios con tal virulencia que no sé si entrarte en guerra o besarte por bandera una bandera blanca y arriba las manos y alto el fuego. Porque me escapan el tiempo en un suspiro y en lo que respiro hondo me has dejado sin palabras; y otra vez tus labios hablan sin decir nada apenas y...

El uno más uno

Como un base sin escolta, un tirador sin cazoleta, un delantero sin balón en la estepa horizontal del centro del campo, un nadador de larga distancia en medio del desierto, como un maratoniano en un naufragio, Fernando Alonso con un volante de la seguridad social, todas las chicas del equipo de gimnasia en un concurso de perritos calientes; Creus contra Tkachenko, Zoetemelk contra Hinault, España contra Yugoslavia en Belgrado, un barquito de papel en un inodoro que se llena de agua, como una árbitro el día de su boda, toda de blanco como un juez de línea apátrida que ha perdido tu bandera en una tángana y no sabe ya si es linier, trencilla o carrilero, como un putter abandonado en un bunker, una liebre coja en el país de los galgos, un tres cuartos en una melé, un tres cuartos con un balón esférico y defendiendo en zona un cancerbero manco. Como un poeta que juega a cualquier cosa que no tenga palabras. Como el de Tom Simpson cerca de la cima del Mont Ventoux, así mi corazón sin tu mar...

Los días de verano con lluvia

Las columnas del periódico pasan a ser quincenales, así que a partir de ahora un lunes de cada dos publicaré aquí...cualquier otra cosa. Hoy, Los días de verano con lluvia. Los días de verano con lluvia tienen la inmunidad de los diplomáticos de alto nivel, el sueño profundo de las especies protegidas, la extraordinariedad de los estados de excepción y su misma clandestinidad, esa capacidad para pasar de boca en boca abierta que sólo han heredado entre los mortales los representantes de las revistas más amarillas y los colores, sobre todo el rojo y el verde. Porque hay pocas cosas tan sorprendentemente agradables como una ducha natural en las últimas entradas de agosto. Quizá la derrota sangrante de cualquier potencia occidental en el estadio de San Marino, con un gol en el último minuto, quizá la aparición de una poesía en la primera página de un periódico de tripas corazón, quizá las tres primeras cifras del Gordo de Navidad, que coinciden con el boleto que sostienes en las tembloros...